Mi abuelo nunca coge el teléfono.
Dice que la última vez que lo cogió, en 1936, le mandaron al frente.
Mi abuelo arranca las páginas de los libros conforme las va leyendo.
Dice que sólo lo hace cuando viaja, para quitarse algo de peso.
A mi abuelo no le importa el precio de la gasolina.
Dice que, pase lo que pase, él siempre pone mil pesetas.
Mi abuelo siempre tiene mesa reservada en Santa Catalina, cada tarde, y los camareros le atienden como si fuera el único cliente.
Dice que todavía no se ha acostumbrado al cambio de moneda, y que casi siempre deja una propina de tres o cuatro euros después de tomarse un café solo.
10.6.05
Mi abuelo
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1 comentario:
Este post me ha encantado. Es buenísimo.
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