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"Tan sólo añadiré que no soy ni político, ni tendencioso, ni pacifista, ni moralista, ni lo que sea. Tampoco soy simbolista, ni un pintor afrancesado. No estoy ni a favor ni en contra de nada".
En realidad, esta oda a la tibieza y la falta de compromiso de Otto Dix no deja de ser una divertida exageración incluida en la exposición acerca de su retrato de Hugo Erfurth con perro*. Y digo que es una exageración porque es complicado entender, sin apelar siquiera mínimamente al concepto "tener una postura sobre algo", su inclusión en el listado que el gobierno nazi hizo de Arte degenerado o su extensa obra dedicada a los horrores de la guerra (ver aquí y aquí).
* Que estos días (hasta el 18 de mayo) puede verse en el Thyssen-Bornemisza, y que es un estudio de las influencias y técnicas de Otto Dix a partir del mencionado cuadro.
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