15.3.07

La caja rápida del supermercado y los extraterrestres

Supermercado, caja rápida, máximo diez artículos. Una señora deposita una cantidad superior de artículos sobre la referida caja. Ahora contemplemos distintas versiones de la reacción de la hipotética y a la vez muy real señora (y digo señora porque en mi caso siempre ha sido una señora):

a) "Ay, pensaba que tenía diez" (en realidad tiene dieciséis).
b) "Ay, pensaba que las once clases de queso que he comprado, de distinta composición, distinto origen, distinto precio, y distinto código de barras contaban como un solo artículo" (además de los once quesos la señora lleva una lechuga, varios packs de yogures de frutas de bosque de marca blanca, seis variedades de pizza -que también cuenta en su planeta como un-solo-artículo-, y dos cepillos de dientes).
c) "Ay, es que como sólo llevo trece..." (pues por eso, señora, pues por eso).

Hace unos años leí un artículo de Quim Monzó que ahora no encuentro en la red y que hablaba de una supuesta invasión extraterrestre a la tierra, que se manifestaba en la incapacidad de algunos seres para comprender el lenguaje sencillo de sus (supuestos) congéneres. Evidentemente, la única explicación que encontraba el autor era que tales seres venían de otro planeta.

Ponía varios ejemplos. En uno, el protagonista (creo recordar que estaba escrito en primera persona) entra en una salchichería y pide una salchicha, precisando que por favor no esté cortada, amputada o abierta en ningún sentido. El camarero le dice que por supuesto, señor, que sin problemas. Al cabo de unos minutos le trae una salchicha cortada, amputada y abierta en todos los sentidos. El cliente protesta: "¿pero no le he dicho que no quería que me cortara, amputara ni abriera la salchicha en ningún sentido?". A lo que el camarero responde: "claro, caballero, pero es para que no se quede cruda por dentro".

En otro de los casos, el protagonista entra en un bar y pide una cerveza. "Pero, por favor, señor camarero, no utilice la espátula. Es una manía personal. Simplemente ponga la copa o el vaso bajo el grifo, use el tirador y deje caer la cerveza. No pase la espátula, se lo pido por favor, señor camarero". El camarero asiente. De la siempre misteriosa parte de detrás de la barra del bar saca un vaso, lo pone bajo el grifo, y espera a que se llene el vaso. A continuación coge la espátula y con un movimiento horizontal sobre el vaso quita la espuma sobrante. Y el cliente: "¿pero no le he dicho que no me pasara la espátula?". Y el camarero: "claro, caballero, pero es para quitar la espuma que sobra".

En la caja rápida del supermercado los extraterrestres son fáciles de reconocer: llevan más de diez artículos. Tengan cuidado con ellos: al contrario de lo que muchos piensan, son peligrosos.

1 comentario:

botas de agua dijo...

Tanto con éste como con el del taxi, me he reído mucho.

 
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