Serge Gainsbourg, probablemente el seductor más feo de todos los tiempos, hizo de la provocación un modo de vida.
Sobre todo en sus últimos años: Gainsbarre, la personalidad que adoptó el músico francés a partir de mediados de los ochenta, y que supuso la culminación natural del camino de consciente y orgullosa decadencia moral iniciado casi dos décadas antes, le soltó a Whitney Houston, invitada en un programa de entrevistas de lo más familiar un afrancesado "I want to fuck you" que aún resuena en los oídos de los espíritus más rectos del país vecino. Poco después, esos mismos espíritus y aun otros no tan rectos descubrieron que Gainsbourg podía llegar más lejos al ver el clip de su canción Lemon Incest, rodado junto con su hija de 15 años, Charlotte, en bragas, que le decía a su padre con voz quebradiza y en un ambiente postcoital "te quiero más que todo".
Sin embargo, es probablemente la anécdota sobre su tema Les sucettes la que mejor pone de relieve el carácter canalla de Gainsbourg.
Gainsbourg escribió esta canción para la muñeca de cera France Gall, bella e inocente jovenzuela que, permítaseme la expresión, se la tragó doblada. Habla de las piruletas, pirulís, chupachups (sucettes), de un modo curioso. La canción completa la traduce Evil Preacher en esta entrada de su blog sobre el mismo tema, pero nos limitaremos a un botón de muestra:
Lorsque le sucre d'orge
Parfumé à l'anis
Coule dans la gorge d'Annie,
Elle est au paradis.
Es decir
Cuando el pirulí
sabor anís
gotea por la garganta de Annie,
ella está en el paraíso.
Lo divertido del asunto es que, al parecer, France Gall no entendió el doble sentido de la letra hasta bastantes años más tarde.
A mí me gusta recordarla como la dulce, hermosa e inocente poupée de cire que poco antes había ganado el festival de Eurovisión con otra canción de Gainsbourg:
22.3.07
Gainsbourg y la muñeca de cera
Technorati Tags: serge gainsbourg, france gall, poupée de cire, les sucettes
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