De otra época

Hay un señor de 82 años que trabaja conmigo. Es procurador, sigue escribiendo a máquina y no acaba de entender internet. El concepto de internet, quiero decir. Tiene en su despachito un ordenador donde a veces redactamos algún escrito, aunque él jamás ha puesto las manos sobre el teclado, con una conexión a internet prácticamente virgen, ya que sólo la utiliza quien ocasionalmente tiene un rato libre al pasar por allí y encuentra el ordenador encendido, cosa poco frecuente.

El otro día, mientras trabajábamos en ese PC, le dije que iba a mirar mi correo (en Yahoo) mientras él buscaba unos papeles. Me dijo que no me fuera. Le dije que no me iba, que sólo iba a consultar mi correo. Insistió: no te vayas, que los encuentro enseguida. Le dije que no pasaba nada, que yo miraba mi correo y en el momento en que encontrara los papeles que necesitábamos me pondría otra vez con el escrito. Tras cinco minutos de discusión con el "no te vayas" y el "sólo voy a consultar mi correo" descubrí cuál era el problema: no concebía que pudiera consultar MI correo desde SU ordenador, por lo tanto asumía que si iba a consultar MI correo, tenía que ir a MI ordenador y, por lo tanto, largarme de ahí en dirección a mi despacho.

Así que estuve cerca de media hora explicándole básicamente en qué consistía internet, y le enseñé varias páginas, digamos, emblemáticas: Google, Wikipedia, algún periódico on line, etc. Pareció entender todo más o menos (hay que decir en este punto que mis conocimientos sobre internet son limitados, y tampoco acabo de entender ciertas cosas: simplemente sé qué utilidades tiene y cómo disfrutar de ellas; poco más), o al menos eso pensaba yo.

Esta mañana entra a mi despacho a contarme no sé qué historias relacionadas con el trabajo y se queda mirando a mi pantalla (tenía Google abierto) y con una sonrisa de asombro me dice:

-¡¡Ahí va!! ¡¡Si tú también tienes el bogle!!

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