sueño y realidad: Prepárense para creer

Es el lema que figura en la entrada del Museo de la Creación en Petersburg, Kentucky, cuya misión es, según su página web:

Exaltar a Jesucristo como creador, redentor y sostén en un centro de aprendizaje y descubrimiento seguro, sano y familiar en el que se tratan los más importantes temas bíbilcos desde el Génesis a la Revelación.

Este centro ayudará a los cristianos a evangelizar mejor a los perdidos con urgentes necesidades mediante una combinación de exposiciones, investigación y presentaciones educativas que demuestran la infalibilidad de la Bibilia.

También desafiará a los visitantes a acoger a Jesucristo como Señor y Salvador, y a aceptar la autoridad de la Biblia a través de respuestas bíbilicas y científicas (desde un punto de
vista bíblico del mundo).

El museo está auspiciado por Answers in Genesis, una organización fundamentalista cristiana cuyo propósito es, según dicen ellos mismos, proporcionar a los cristianos argumentos para defender sus creencias y proclamar con eficacia la palabra de Dios.

Su postura ante el origen del mundo y de la vida es expresamente antitética al evolucionismo, que consideran anticristiano. De hecho, una sección de su web está dedicada exclusivamente a desacreditar a los evolucionistas, a quienes además trata de rebatir mediante un irrisorio mecanismo: tanto creacionistas como evolucionistas parten de presunciones a la hora de elaborar sus tesis.

En efecto, se afirma que unos y otros tienen a su disposición las mismas pruebas (el planeta, el registro fósil, flora y fauna actuales, etc.), y que lo único que varía es la interpretación que se hace de las evidencias a partir de ciertas presunciones. Los cristianos tratan de ajustar los hechos a la existencia de Dios; los no cristianos, a su no existencia. Esto, evidentemente, es un error.

Es cierto que los creacionistas tratan de ajustar las pruebas a la existencia de Dios; los científicos no creacionistas (valga la redundancia) tratan de valerse de los hechos para establecer distintas teorías al respecto. Algunas de esas teorías han sido demostradas (la evolución); otras son todavía conjeturas más o menos razonables (la causa de las distintas edades de hielo que han existido sobre la tierra, por ejemplo).

Es decir, es un error afirmar que los creacionistas parten de las pruebas y de la existencia de Dios y que los evolucionistas parten de las pruebas y de la no existencia de Dios. La doble premisa de los creacionistas es la correcta, pero no la de los evolucionistas, quienes para elaborar sus teorías únicamente deben ceñirse a las pruebas. Simplemente sus pruebas no incluyen la existencia de Dios. Tampoco, por lo tanto, las de los creacionistas.

Suele ser un argumento de los creacionistas frente a los evolucionistas atribuir a estos últimos una fe inconsciente. En la propia página de Answers in Genesis se anima a los cristianos a "desafiar las presuposiciones de los otros", añadiendo que "muchos de ellos ignoran que las tienen", que las utilizan para elaborar sus argumentos. Esto, evidentemente tampoco es cierto.

El evolucionismo (la ciencia) reconoce sus limitaciones. Así, desconoce, porque somos incapaces de imaginar la nada, qué hay más allá de los límites del universo, qué existía antes de la existencia misma. Ignora, salvo aproximaciones de amplio espectro, en qué preciso momento se formó la tierra, y no sabe cuál es el origen exacto del primer soplo de vida sobre nuestro planeta. Pero ofrece interpretaciones plausibles, tal vez erróneas pero razonables y desde luego abiertas a nuevas interpretaciones, para todas estas preguntas sin respuesta, utilizando solamente las evidencias que la naturaleza nos ha dado y el hombre ha ido estudiando y conociendo a lo largo de siglos.

Volviendo al tema del museo, L. A. Gámez cita en Magonia, blog interesantísimo que ya he citado alguna vez y del que he sacado la noticia, al paleontólogo Xabier Pereda, que afirma que quien visite el Creation Museum puede llegar a tener una concepción de la prehistoria tan equivocada como ésta: